En “La música, el lenguaje universal”, Valeriano Cortázar y Jesús Alcolea transforman la música en color y emoción. En este universo abstracto, cada trazo vibra como una nota y cada silencio respira armonía.

Los Diminutos guían al espectador por un viaje sensorial donde pintura y sonido se funden, convirtiendo la obra en una sinfonía visual que celebra la inspiración y la alegría de crear.

Valeriano Cortázar:Pintor de la Música

Artista autodidacta, Valeriano Cortázar ha pasado del surrealismo figurativo a una abstracción lírica centrada en su concepto de “Música Pintada”. Sus obras traducen la emoción musical en color, luz y movimiento.

Sus obras se han exhibido a nivel internacional y forman parte de colecciones privadas en USA, Brasil, Francia, Uk, Alemania, Hong Kong y España.

OBRA DE VALERIANO CORTAZAR

EL PINTOR DE LA MÚSICA

La música, el lenguaje universal

Universo Cortázar

Esta colección gira en torno a una idea central: la música no es solo un arte, es una fuerza capaz de transformar al ser humano.
Tiene el poder de transportarnos en el tiempo y en la emoción, de desmontar la quietud interior y de volver a encender lo que la vida había apagado.
La música atraviesa y sostiene a las demás artes: sin ella, nada termina de vibrar del todo.

Las obras narran la conversión de un personaje sin inspiración, desconectado de su impulso creador, que vuelve a la vida a través de la música.
Los diminutos actúan como portadores de esa energía: introducen movimiento, deseos, ritmo, conocimiento y dirección.
Cada pieza registra un estadio de esa reactivación: primero la música despierta, luego enseña, después ordena y finalmente construye una nueva mente creadora.

El recorrido no celebra la técnica, celebra el efecto: el modo en que la música devuelve color donde había gris, alegría donde había agotamiento y sentido donde ya no quedaba dirección.
Universo Cortázar no afirma que la música esté al lado de la vida: afirma que la reactiva, la levanta y la vuelve posible.